viernes, 27 de noviembre de 2015

El principito: ¿Pueden existir los planetas unipersonales?



A través de la fantasía hemos sido capaces de visitar otros planetas de diferentes tamaños capaces de albergar la vida. Los hay grandes y a la vez, los hay más pequeños que el nuestro. Todo varía según el soñador de turno.

Por ejemplo, en el manga de dragón Ball, creado por Akira Toriyama, los supremo Kaiosama viven en planetas donde apenas cabe un par de árboles y una casa, algo así como la extensión de una pequeña finca.

En el cuento del principito (escrito por  Antoine de Saint-Exupéry), en cambio, los planetas no son mas grandes que una habitación. Parece que cualquier cuerpo celeste redondo es bueno para albergar la vida y parece lógico, ¿Pero es verdad?

Empecemos por buscar los candidatos a ser nuestra segunda casa.





En nuestro sistema solar encontramos planetas muy pequeños, Conocidos como planetas enanos. Entre ellos encontramos Ceres, Plutón, Eris, MakeMake y  Haumea. Pero que el nombre no te confunda, el hecho que se llamen planetas enanos no le quitan lo grande en comparación con nosotros.

Como promedio, los planetas enanos no pueden ser 3 veces más pequeños que la luna. Una vez alcanzado ese tamaño si lo deseas reducir más, nuestro planeta en cuestión adopta la forma de huevo o roca irregular. ¿Porque ocurre esto?  Bueno existe una ley conocida como la gravedad que es la que moldea a los planetas en formas redondeadas.




Este es Haumea,  con la mitad de tamaño que la luna.


Como la gravedad es una fuerza que atrae todas las cosas hacia el centro de ella, la figura geométrica que mejor distribuye dicha fuerza a los lados de la misma es una esfera y aún así, los planetas no son esferas perfectas.

Por eso con poco material, obtenemos un asteroide, una roca en bruto poco atractiva para vivir. Pero no desesperes, la gravedad tiene nuevas maneras de oprimir nuestras fantasías.





Como la gravedad es una característica de todos los objetos que tienen masa, al ser muy pequeños los planetas enanos poseen una gravedad muy débil. Si puedes hacer salticos de conejo en la luna, imagina lo que podrías hacer en planetas con una gravedad 10 veces menor que la de la tierra. Si lo reduces al tamaño del principito, la cosa se pone interesante.

Solo pesarías un par de gramos en comparación con las decenas de kilos que pesas en la tierra,  siendo posible que saltaras con la facilidad de hulk pero saldrías fuera de órbita para nunca más volver.

Lastimosamente, la gravedad dotaria a todas las cosas en tu idílico planeta con superpoderes, así que el oxígeno se perdería en el espacio y toda el agua, incluyendo la de tu preciado cuerpo, se evaporarian en un instante.

Así que por la gravedad, los planetas como en dragón Ball o el principito no serían redondos en el mundo real, y cosa más decepcionante aún, no albergarian vida.




Sin embargo, el ser humano en su afán de conquistar el espacio ha hecho estructuras sorprendentes como la estación espacial internacional en 1998, con su propia gravedad y atmósfera respirable repartida en un área aproximada de 8 casas.

Lo que nos lleva a concluir que, al parecer, no existen límites escritos de lo que el hombre puede construir. Y aunque naturalmente no exista un planeta con las características de los libros de fantasía, es viable que con los avances tecnológicos suficientes cada quien se construya su propio planeta o que cooperemos para hacer un nuevo ecosistema.

¿Te gustaría vivir en tu propio cosmos? ¿Con quien lo compartirías?  Te lo dejo a tu criterio personal.






Posted via Blogaway


1 comentario:

  1. Bueno a mi me gustan los planetas grandes, dondr pueda manejar bici, saltar entre montañas y conocer ...conocer y conocer. Me quedo con la Tierra!

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